martes, 2 de octubre de 2012

FIGURAS PROHIBIDAS DE TANGO ARGENTINO

por CLAUDIO MADAIRES


“Originario de la orilla de Buenos Aires, con perfecta localización geográfica, empírico, vigente y anónimo, transmitido oralmente y funcional, tiene todas las condiciones requeridas por las mayores exigencias del hecho folclórico… Su nacimiento porteño se sitúa en los “barrios bravos” de Buenos Aires del 900…”

Víctor Jaimes Freyre, Mi buen amigo el Folclore (1963)





El tango en infinito en sus posibilidades creativas. Por ser una danza folclórica de improvisación, la cantidad —y calidad, por supuesto—  de figuras depende de cada pareja; sobre todo del hombre, que es quien debe marcarlas.

Pero muchos turistas e incluso nacionales recién llegados, es que algunas figuras «tradicionales» de larga están prohibidas en las milongas realmente tradicionales.

Son figuras que ponen en peligro a los demás bailarines, o bien figuras que sin duda surgieron en ambientes turbios —tal vez, prostibularios.


Aunque el tango no tiene un origen prostibulario —algunos se empeñan todavía en degradar nuestra danza folclórica con no sé qué cuestionables fines (¿justificar el "tango for export"?)—, de por sí da para que haya sido usado y abusado en prostíbulos.

Una figura como «la sentadita», en la cual la mujer parece que se sienta en la entrepierna del hombre, es una de las prohibidas.

Otra figura es «la montadita», en la cual la mujer se sienta en una pierna del hombre quedando totalmente en el aire, con sus piernas cruzadas.


Una figura que está prohibida porque pone en peligro a los otros es «el gancho alto», figura que hace que la mujer eleve el taco de uno de sus pies por entre una pierna del hombre. Al alzar el taco, no es poco común que con el taco lastime a otros bailarines de la pista.

Y así una serie de figuras...

En las milongas «turísticas» estas prohibiciones no rigen. En general, el turista aprende mal y peor que mal a bailar tango D.O.C. de Buenos Aires (el tango folklórico), y en la misma Buenos Aires cometen ganchos altos y figuras prostibularias como si estuvieran en milongas extranjeras.


© CAGB "Claudio Madaires".



miércoles, 8 de agosto de 2012

PROTOCOLO Y CEREMONIAL EN LAS MILONGAS

por CLAUDIO MADAIRES


“Originario de la orilla de Buenos Aires, con perfecta localización geográfica, empírico, vigente y anónimo, transmitido oralmente y funcional, tiene todas las condiciones requeridas por las mayores exigencias del hecho folclórico… Su nacimiento porteño se sitúa en los “barrios bravos” de Buenos Aires del 900…”

Víctor Jaimes Freyre, Mi buen amigo el Folclore (1963)




¿ABANDONAR A LA PAREJA EN LA PISTA DE BAILE?

Si el bailarín no agrada a la dama, sea por su manera de danzar o cualquier otra razón, ésta puede disculparse tras el primer tango con un respetuoso «gracias» y abandonarlo en la pista.

«Plantar» a un bailarín en medio de un tango sin razones de peso es algo imperdonable, y el caballero así insultado puede comentar el asunto entre los amigos milongueros para que la dama en cuestión no baile con nadie más.


Por supuesto que si el bailarín hombre no se comporta bailando tango, entonces sí es válido el «plantón» repentino y sin explicaciones.

A la inversa, sucede exactamente lo mismo. Con delicadeza, es válido abandonar a una dama tras el final de cada tango, si ésta no se comporta como corresponde.


© Claudio Madaires, de su libro Uno y el tango


BAILAR 1001 FIGURAS EN 1 METRO CUADRADO

por CLAUDIO MADAIRES



“Originario de la orilla de Buenos Aires, con perfecta localización geográfica, empírico, vigente y anónimo, transmitido oralmente y funcional, tiene todas las condiciones requeridas por las mayores exigencias del hecho folclórico… Su nacimiento porteño se sitúa en los “barrios bravos” de Buenos Aires del 900…”

Víctor Jaimes Freyre, Mi buen amigo el Folclore (1963)



En general, uno no ve mucha inventiva en los bailarines de tango promedio de milonga.

Cada cual tiene un reducido número de figuras que repite y repite cada noche, toda la vida. A cada cual se lo conoce por las figuras que repite invariablemente.
Es cierto que suele haber limitaciones de espacio en las milongas porteñas (las noches pico, claro está; las demás noches, hay pista de sobra). Sin embargo, la falta de imaginación para crear e improvisar es un vicio extendido.



Foto © Claudio Madaires (CAGB)


Si bien el tango D.O.C. de Buenos Aires es sobrio por naturaleza —al menos en su versión actual de salón—, esto para nada significa que el tango sea repetitivo y aburrido.
Es posible bailar 1001 figuras de tango en 1 metro cuadrado de pista. Figuras simples o sofisticadas que se inventan y pulen antes de la milonga o figuras improvisadas completamente.



Los juegos de pies de los bailarines no están limitados por el metro cuadrado de pista.
De hecho, cada vez que bailo en una milonga invento alguna que otra figura nueva.
El tango folclórico argentino es infinito en sus posibilidades. En tanto y en cuanto no sea deformado en tango circense «for export».


© Claudio Madaires, de su libro Uno y el tango


lunes, 30 de julio de 2012

VARIEDADES DE TANGO EN VÍAS DE EXTINCIÓN

por CLAUDIO MADAIRES



“Originario de la orilla de Buenos Aires, con perfecta localización geográfica, empírico, vigente y anónimo, transmitido oralmente y funcional, tiene todas las condiciones requeridas por las mayores exigencias del hecho folclórico… Su nacimiento porteño se sitúa en los “barrios bravos” de Buenos Aires del 900…”

Víctor Jaimes Freyre, Mi buen amigo el Folclore (1963)



Por ser una danza que ha evolucionado desde dentro de las entrañas y el corazón de la ciudad de Buenos Aires, el tango argentino folklórico que bailamos hoy día en las milongas no es el mismo que bailaban nuestros antepasados cuando la Buenos Aires del siglo pasado.
Miremos fotos de Buenos Aires “antigua”. Miremos fotos de milongas de esta época. Comparemos.
Hay una relación estrecha entre las fotos de la vieja Buenos Aires —digamos, de comienzos del siglo pasado—, y las de bailarines de tango de la misma época.


Hubo un tango canyengue, un tango orillero, “milonga canyengue”, “milonga orillera”...
Actualmente, no muchos saben bailar canyengue, orillero ni —lamentablemente— la milonga en sus formas originales.

Quedan muchísimas grabaciones de esas formas “antiguas” de tango y milonga, y sería bueno que no fueran pocos los bailarines que interpretan cada variedad de tango como corresponde.
Esperemos que algún gobierno futuro dé más espacio a la enseñanza de las formas tradicionales del tango folclórico que a las variedades artificiales y coreográficas que pululan hoy día como hongos foráneos a la tradición porteña.




©  Claudio Madaires (CAGB). De su libro TANGO ARGENTINO: CURSO DEFINITIVO

jueves, 21 de junio de 2012

LA CABALLEROSIDAD DEL MILONGUERO

por CLAUDIO MADAIRES


“Originario de la orilla de Buenos Aires, con perfecta localización geográfica, empírico, vigente y anónimo, transmitido oralmente y funcional, tiene todas las condiciones requeridas por las mayores exigencias del hecho folclórico… Su nacimiento porteño se sitúa en los “barrios bravos” de Buenos Aires del 900…”

Víctor Jaimes Freyre, Mi buen amigo el Folclore (1963)


Los verdaderos milongueros de tango argentino son caballeros.
¿Qué significa «caballeros»? Significa que un milonguero trata a la mujer con máximo respeto y máxima cortesía.

Por ejemplo, los viejos milongueros y sus jóvenes imitadores suelen acompañar a la mujer con la cual bailaron hasta su mesa. Incluso suelen acomodarles la silla cuando ellas se sientan.
También se ha visto a milongueros que ofrecen su pañuelo a la mujer con la cual bailan, si perciben que ella transpira.

Ser milonguero de Buenos Aires es mucho más que saber bailar con fluidez el tango folklórico. A la par, es saber tratar a la mujer —conocida o desconocida, nacional o turista de paso— como a una dama, con cortesía extrema.

Sobre todo los milongueros porteños, hemos de dar el ejemplo.

De todo el mundo vienen gentes a ver con sus propios ojos a los milongueros oriundos de la Capital Mundial del Tango.

La caballerosidad, entonces, es un deber para los hombres del verdadero tango argentino. Antes de aprender a ser un auténtico bailarín de tango, hay que aprender a ser un auténtico caballero del tango.

Sobre todo los milongueros porteños, hemos de dar el ejemplo.

De todo el mundo vienen gentes a ver con sus propios ojos a los milongueros oriundos de la Capital Mundial del Tango.

La caballerosidad, entonces, es un deber para los hombres del verdadero tango argentino. Antes de aprender a ser un auténtico bailarín de tango, hay que aprender a ser un auténtico caballero del tango.




© Claudio Madaires (CAGB). De su libro TANGO ARGENTINO: CURSO DEFINITIVO

lunes, 21 de mayo de 2012

CURSO DE TANGO ARGENTINO (3): EL CABECEO

por CLAUDIO MADAIRES



“Originario de la orilla de Buenos Aires, con perfecta localización geográfica, empírico, vigente y anónimo, transmitido oralmente y funcional, tiene todas las condiciones requeridas por las mayores exigencias del hecho folclórico… Su nacimiento porteño se sitúa en los “barrios bravos” de Buenos Aires del 900…”

Víctor Jaimes Freyre, Mi buen amigo el Folclore (1963)



El cabeceo es una tradición del tango argentino.

El hombre invita a la mujer con la cual pretende salir a bailar a la pista con una indicación de la cabeza.

La inclinación de cabeza se realiza señalando la pista de baile.



La mujer, si acepta, hace una señal de aprobación con su cabeza y espera que el hombre pase por su lugar.

A veces, la mujer puede ponerse de pie y salir a la pista en espera de su compañero de baile.

El cabeceo es una institución del tango folclórico argentino.

En ningún sentido es una acción machista.

El cabeceo es una forma simple y educada de invitar a bailar a una mujer a distancia.

También es normal que el hombre haga la señal de cabeceo sentado en su mesa, sin siquiera ponerse de pie.



Un error de las mujeres sin experiencia (en general, turistas que aprendieron mal a bailar tango argentino) es el de ir caminando hacia donde está el hombre que las cabeceo.

La mujer ha de esperar, de pie si quiere, pero en el lugar donde está, que el hombre vaya por ella tras el cabeceo.



© Claudio Madaires (CAGB). De su libro TANGO ARGENTINO: CURSO DEFINITIVO

miércoles, 25 de abril de 2012

CURSO DE TANGO ARGENTINO (2): LA "MARCA"

por CLAUDIO MADAIRES


“Originario de la orilla de Buenos Aires, con perfecta localización geográfica, empírico, vigente y anónimo, transmitido oralmente y funcional, tiene todas las condiciones requeridas por las mayores exigencias del hecho folclórico… Su nacimiento porteño se sitúa en los “barrios bravos” de Buenos Aires del 900…”

Víctor Jaimes Freyre, Mi buen amigo el Folclore (1963)



El tango folclórico argentino (o tango D.O.C., con Denominaciön de Origen Cultural, como suelo definirlo) es una danza de pareja enlazada en la cual la mujer debe seguir al hombre continuamente, de principio a fin de cada tango.

El seguimiento continuo de la mujer no está relacionado con «machismo» cultural alguno. La mujer baila de espaldas al movimiento general de los bailarines (en círculo en torno a la pista en sentido antihorario); por tanto, si no siguiera a su pareja a rajatablas, acabaría chocando con los demás en espacios reducidos donde cada metro cuadrado libre es difícil de hallar.

Por ello, porque la mujer ha de seguir al hombre sin ver lo que sucede adelante en la pista, es imprescindible que ambos bailarines sepan una serie de marcas tradicionales que permiten que el hombre indique lo que desea que la mujer realice en cada momento.



Estas marcas son lógicas en extremo, además de sencillas. Quienes las conocen, son capaces de bailar con cualquiera que las sepa. Quienes no las saben, están condenados a bailar con sus parejas y de memoria.

Además, las marcas permiten que los bailarines improvisen figuras nuevas en cualquier momento del baile. Siendo el tango argentino, en esencia, a diferencia de muchas otras danzas folklóricas argentinas —chacarera, escondido, triunfo, gato... y tantas otras— un baile no coreográfico, sino de improvisación libre.



En definitiva, las marcas del tango folclórico argentino son un elemento crucial para entender el baile.

Si alguien —hombre y mujer por igual— pretende bailar auténtico tango argentino D.O.C. de Buenos Aires y no entiende las marcas todavía, es hora de tomar clases con auténticos docentes porteños tradicionalistas.



© Claudio Madaires (CAGB). De su libro TANGO ARGENTINO: CURSO DEFINITIVO

sábado, 17 de marzo de 2012

CURSO DE TANGO ARGENTINO (1): INTRODUCCIÓN

por CLAUDIO MADAIRES



“Originario de la orilla de Buenos Aires, con perfecta localización geográfica, empírico, vigente y anónimo, transmitido oralmente y funcional, tiene todas las condiciones requeridas por las mayores exigencias del hecho folclórico… Su nacimiento porteño se sitúa en los “barrios bravos” de Buenos Aires del 900…”

Víctor Jaimes Freyre, Mi buen amigo el Folclore (1963)



En este espacio desarrollaré un curso de tango argentino bailado completo y definitivo. También un curso de milonga y otros de vals criollo.

Agregaré centenares de figuras que forman parte del repertorio "anónimo" de las milongas de Buenos Aires y otras de mi invención, aunque desarrolladas para bailar al mejor estilo porteño.

Existe un repertorio de figuras "tradicionales", provenientes de una larga historia que supera ampliamente el siglo de aprendizaje generacional; pero el tango argentino es infinito en sus posibilidades creativas.



Aprendidas las figuras "básicas" de cada nivel y las "marcas" imprescindibles para lograr que nuestra pareja femenina sea capaz de entender qué tiene que hacer al seguirnos en la pista, se abren los portales de la improvisación para cada bailarín en particular.

El tango argentino bailado es libertad dentro del marco de una tradición imposible de evitar.

Quienes inventan figuras sin saber las básicas de la tradición, acaban bailando una danza distinta al tango folclórico de los argentinos.




© Claudio Madaires (CAGB). De su libro TANGO ARGENTINO: CURSO DEFINITIVO

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